Bebe hasta la última gota
2 Comments Published by lasombradelsol on lunes, febrero 12, 2007 at 7:34 a. m..

Llueve triste. Llueve mojado. Llueve desde mis ojos hasta la ventana, que no me permite ver más allá. Llueve desde mi ventana hacia mi interior. Llueve sobre los vasos vacíos.
Una negra esponjosa esconde el cielo de mi habitación. Me mira de reojo, y cada tanto, lanza un flash parpadeante encegueciendo al público/espectador.
Cientos de recipientes metálicos en el suelo, cubriendo las goteras que tiene mi alma. Que rota, se desangra. Lento.
Todo se embarga de un color/sabor/olor húmedo, mezclado al de frescas violetas.
Los sueños se evaporan y los miedos solidifican.
Ya no llueve ni triste. Ya no llueve ni mojado.
Una negra esponjosa esconde el cielo de mi habitación. Me mira de reojo, y cada tanto, lanza un flash parpadeante encegueciendo al público/espectador.
Cientos de recipientes metálicos en el suelo, cubriendo las goteras que tiene mi alma. Que rota, se desangra. Lento.
Todo se embarga de un color/sabor/olor húmedo, mezclado al de frescas violetas.
Los sueños se evaporan y los miedos solidifican.
Ya no llueve ni triste. Ya no llueve ni mojado.
Soledad, proceso de auto encuentro, estado de indiferencia global, que envuelve cada uno de los sentidos, alejándolos momentáneamente de la consistente realidad.
Auto acercamiento; descubrimiento de nuevos pasillos en los laberintos de la mente, cada uno de ellos, con cientos de puertas, esperando ser abiertas. Miles de secretos escondidos dentro de sí mismos. Suave oscuridad, necesaria e inevitable.
La soledad te espera en la esquina, cada noche, con cartera en el brazo y minifalda.
Tiene nombres, apellidos, sabores, generalmente amargos, colores un tanto desteñidos, mas posee también, dentro de sus características más considerables, un ritmo exquisito y bien definido, un sonido que extasía.
Es la verdadera imagen de cada quien. Es el lugar donde nadie tiene nada que ocultar; donde las palabras están demás.
Auto acercamiento; descubrimiento de nuevos pasillos en los laberintos de la mente, cada uno de ellos, con cientos de puertas, esperando ser abiertas. Miles de secretos escondidos dentro de sí mismos. Suave oscuridad, necesaria e inevitable.
La soledad te espera en la esquina, cada noche, con cartera en el brazo y minifalda.
Tiene nombres, apellidos, sabores, generalmente amargos, colores un tanto desteñidos, mas posee también, dentro de sus características más considerables, un ritmo exquisito y bien definido, un sonido que extasía.
Es la verdadera imagen de cada quien. Es el lugar donde nadie tiene nada que ocultar; donde las palabras están demás.